La normativa de la Asociación de Mayordomos que rige los requisitos que debe cumplir cada voluntario que quiera presentarse al Sorteo de Insignias, donde salen elegidos los clavarios de las Fiestas de la Virgen, determina que los candidatos deben contar con anterioridad con el preceptivo aval del consiliario de la Asociación. Dicho aval también se especifica en la carta que sirve de convocatoria para asistir a la asamblea que se celebra en el Teatro Concha Segura y en cuya mesa presidencial están representados la Asociación con su presidente y su directiva, el Ayuntamiento a través de la alcaldesa, que otorga el imprescindible Beneplácito para que se puedan celebrar las Fiestas, y el consiliario en representación de la Iglesia al tratarse de una celebración eminentemente religiosa.
Por eso, creemos que la Asociación hizo lo correcto en la polémica surgida el pasado domingo al invalidar a dos de los candidatos a clavarios por no haber obtenido el reglamentario aval con aterioridad al sorteo, tal y como expuso el consiliario. Hubiera sido una inmensa e injustificable injusticia que, de haberse celebrado el sorteo, no saliera elegido el único candidato que había cumplido la norma. Velar con máximo rigor por el cumplimento de su ordenamiento interno es esencial en cualquier asociación que se precie de seria.
