“La ceremonia de entrega, y el centenar de actos durante “la semana de los premios” constituyen un enorme escaparate donde se exaltan “los valores científicos, culturales y humanísticos, que son patrimonio universal”
Alfonso Yagüe García (*)
El pasado viernes 25 de octubre, Oviedo centralizó una vez más el interés informativo con motivo de la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias. Un evento que se ha convertido en ejemplo de perfección organizativa, de auténtico tratado protocolario.
Esta ceremonia, y los actos previos que se celebran durante “la semana de los premios” constituyen un enorme escaparate donde se exaltan “los valores científicos, culturales y humanísticos, que son patrimonio universal y consolidan los vínculos existentes entre el Principado de Asturias y el título que tradicionalmente ostentan los herederos de la Corona de España”, conforme establecen los principios esenciales de la Fundación Princesa de Asturias.
Una actuación altamente rentable también en el plano económico. La Fundación Princesa de Asturias es una institución privada sin ánimo de lucro. Cuenta con un presupuesto de seis millones y medio de euros, en este 2024. Su financiación procede de fondos privados y patrimoniales en un 87,5% y de aportaciones de organismos públicos en un 12,5 %. La pasada edición de los Premios generó 7.564 referencias en los medios de comunicación, lo que traducido a una valoración económica supondría más de 93 millones de euros. Las publicaciones en las cuentas de redes sociales fueron vistas por más de 15 millones de personas y su página web incrementó sus visitas en un 116%.
La Fundación ha organizado más de un centenar de actividades, del 12 al 26 de octubre, con motivo de la entrega de sus galardones, en diversas localidades asturianas con el objetivo de acercar a la sociedad la figura y obra de los premiados. Estos días se pueden ver por Asturias a los galardonados 2024: Carolina Marín (Deportes); Joan Manuel Serrat (Artes); Marjane Satrapi (Comunicación y Humanidades); Michael Ignatieff (Ciencias Sociales); Ana Blandiana (Letras); Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Cooperación Internacional); Daniel J. Drucker, Jeffrey M. Friedman, Joel F. Habener, Jens Juul Holst y Svetlana Mojsov (Investigación Científica y Técnica) y Magnum Photos (Concordia).
La presencia activa de la propia Princesa de Asturias, también este año, debería de marcar el inicio de una nueva etapa en esta ceremonia, que viene respondiendo a un esquema muy similar desde su nacimiento hace 44 años. No son pocas las voces que solicitan esos cambios, acordes con la realidad actual, sin que esto signifique perder su identidad, pero la Fundación parece no querer correr riesgos, puesto que en líneas generales considera que cumple sus objetivos.
En el año 2011, la invitación realizada por Carlos Fuente, director de protocolo de la ceremonia, nos permitió vivir desde dentro su organización. Fueron muchos los detalles compartidos en ese día que se convirtió en un curso acelerado de buen protocolo. Desde el ensayo con “figurantes” que se graba en vídeo para que los premiados conozcan previamente su desarrollo, donde se supervisa una y otra vez todos los detalles del acto. Una ceremonia con un cronograma medido al detalle donde todo está previsto. La ubicación y tratamiento de los medios gráficos o la llegada escalonada de los invitados con un límite horario para ocupar sus asientos, sin excusa posible. El emotivo momento de la entrega de los galardones o de los discursos de los galardonados (cómo olvidar la intervención de Leonard Cohen). El desplazamiento posterior a la recepción en el Hotel Reconquista, en un itinerario marcado, escoltados por cientos de gaiteros asturianos, la gestión del recorrido de los entonces Príncipes de Asturias, entre el millar de invitados en el patio central y los salones del Reconquista, entre otras muchas cosas.
Tal y como nos recordaba el propio Carlos Fuente, “para quienes trabajamos en el sector de protocolo (la ceremonia) constituye referencia obligada y en ocasiones marcador de ciertas tendencias que damos por buenas, por cuanto que en su organización tienen responsabilidad protocolaria no sólo los técnicos de la Fundación, sino las dos primeras instituciones del Estado, como la Casa Real y el Gobierno de la Nación”. Mañana viernes, 25 de octubre, a las 18:30 horas les animo a poderlo comprobar a través de la emisión en directo de TVE.
(*) Alfonso Yagüe García es miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Protocolo.