12.5 C
Yecla
lunes, 3 marzo, 2025
spot_img

CRÓNICAS YECLANAS: Verdades y mentiras sobre la sequía

Una preocupación tan sumamente inquietante que los partidos tendrían que haber cambiado ya de actitud para estar haciendo un frente común

Antonio M. Quintanilla

Hay gente que entiende de todo. Da igual la conversación que tengamos entre manos, siempre aparece alguien que sabe más que nadie de salud y medicinas, coches, física cuántica, fútbol, arte abstracto y conceptual, geopolítica, gastronomía neozelandesa, apareamiento de los caracoles serranos, salpullidos cutáneos o de cada galaxia que puebla el universo. De todo, absolutamente de todo, con pelos y señales y sentando cátedra cada vez que abre la boca. “Sin encambio”, dicho sea en auténtico yeclano, otros solo entendemos de lo nuestro y no mucho, no vaya usted a pensar que sabemos más de la cuenta. Lo dice el refranero: somos aprendices de todo y maestros de nada. Por eso acostumbramos a hacer caso únicamente a los profesionales de cada ámbito a la hora de informarnos sobre muchísimo temas que desconocemos o sobre los cuales, como mucho, tenemos alguna que otra ligera noción que hemos extraído de lo que hemos escuchado por aquí y nos han contado por allá quienes de verdad están metidos de lleno en el ajo a nivel del trabajo, estudios y la experiencia que avalan sus opiniones. ¡Hay gentes que le llevan la contraria a los médicos, a los mecánicos, a los chefs y a cualquier otro profesional, académico o doctorado que se le ponga por delante! Vivir para ver.

Pero ahí no queda la cosa ya que la angustia y el abatimiento se apodera todavía más de nosotros cuando la política se mete por medio en cuestiones que nunca deberían esgrimirse como arma arrojadiza. Y es entonces cuando la confusión nos termina por hundir hasta la extenuación. Por ejemplo: la sequía. ¿De verdad es la sequía tan sumamente preocupante para Yecla? Y si es así, ¿por qué seguimos gastando millones de litros de agua en Yecla como si aquí no pasara nada? ¿Corremos el riesgo de quedarnos sin una gota mucho antes de lo que imaginamos si no empezamos ya a poner soluciones? Poca broma. Porque, como digo, lamentablemente se ha politizado desde hace mucho tiempo el debate sobre la sequía, lo que significa que cuando surge, unos y otros, los que votan una ideología y los que votan la contraria, se ven como en la obligación de defender la postura de su idolatrado partido y amado líder. Y por ahí no solo no vamos bien sino que vamos de cabeza al precipicio.

La sequía tendría que ser un intocable e innegociable asunto de estado que jamás debería salir al campo de la batalla política. Porque, ¿a quién hacemos caso? ¿Quién está exagerando más de la cuenta advirtiendo de la escasez a la que “en teoría” estamos abocados si seguimos así o, por el contrario, tranquilizándonos con el argumento de que “en teoría” se está controlando hasta la última gota de nuestro subsuelo? Los partidos deberían recapacitar y ofrecer una posición conjunta, consensuada y responsable con la promesa de no volver a hacer de la sequía una excusa para pescar votos o para congraciarse con la parroquia para asegurarse de no perder esos votos. Se trata de una preocupación que compartimos todos tan sumamente inquietante como para que los partidos cambiaran ya de actitud y empezaran a hacer entre todos un frente común.

spot_img
spot_img

Más artículos

Artículos relacionados

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

Últimos artículos