Por José Miguel Rodríguez González – Moro
Ha pasado ya un año desde que el día 26 de junio del 2011 falleciera a mi padre, José Miguel Rodríguez Tomás, después de una larga y dura enfermedad cardiológica a la que se enfrentó con valentía y determinación durante más de 20 años. Al final, su enorme corazón no pudo más y logró el ansiado reposo que ya tanto necesitaba. Ese reposo que nunca tuvo en una vida intensa, en la que desarrolló gran número de actividades que le hicieron convertirse en una persona querida y con una gran relevancia en la historia reciente de Yecla. Pasado un año, desde la serenidad de asumir su pérdida, es momento de rendir un merecido tributo a su memoria y de recordar algunos pasajes de lo que hizo a lo largo de sus 82 fructíferos años.
Emprendedor
Mi padre fue de esas personas que ahora llamaríamos “emprendedora”. Pudiéndolo hacer en Valencia, decide estudiar Medicina más lejos de Yecla, en Salamanca, y luego con ese ansia de conocerlo todo, hace las milicias universitarias como Alférez en el Sahara español. Al acabar la carrera, a finales de los 50, no existía el MIR ni las especialidades médicas estaban tan desarrolladas como ahora, pero consciente de la necesidad de formarse y antes de establecerse definitivamente en Yecla, se va a Barcelona y hace Tocoginecología en la Maternidad Provincial junto a figuras de la talla del Prof. Dexeus, hace cursos y cursos y pasa por diversos hospitales y clínicas (Madrid, Valencia, Castellón…). Se forma en radiología, traumatología, reumatología, medicina de empresa… Todo ello para tratar de mejorar las dolencias de sus paisanos durante 40 años en la clínica de casa (“igualas” y accidentados), en el ambulatorio, en casas particulares, en nuestra querida maternidad del Hospitalico, en mutuas y las empresas (Calzados Manuel Reig, por ejemplo). Pero, además de médico, su espíritu emprendedor le lleva a ser empresario (fábricas de muebles como Prasa y Corona, ladrillos en Cerámica la Fuente y Ceramuysa), constructor y, sobre todo, agricultor. El campo de Yecla ha sido una de sus grandes pasiones; conocía al dedillo todas las fincas y a todos los agricultores y con todos mantenía excelente trato y relación porque ¡¡hay que ver lo que entiende Don José¡¡. Este amor al campo le llevó, entre otros cargos, a ser Secretario de la Cooperativa de Frutas en sus tiempos de mayor esplendor y Presidente de la Hidráulica San Pascual, consiguiendo durante su presidencia el mayor crecimiento jamás logrado por esta empresa.
Alcalde de Yecla
(Febrero 1971-73)
No se había “metido” nunca en política, no militó en el Movimiento, ni era de la Guardia de Franco, ni de la Falange, eso sí… en su juventud, como casi todos, estuvo en la OJE y en el Frente de Juventudes, dónde por cierto practicó con bastante éxito el atletismo. Por esto, pienso que fue su prestigio personal y el cariño del pueblo, lo que llevó al entonces Gobernador Civil (Don Enrique Oltra Moltó) a nombrarlo, pese a sus varias negativas motivadas por el compromiso con su profesión, alcalde de Yecla en 1971 y posteriormente Diputado Provincial en Murcia. Así mismo, fue Presidente del Comité Ejecutivo de la Feria de Mueble de Yecla, cargo inherente al de alcalde. Fueron dos cortos pero intensos años, pues el inicio de sus problemas cardiológicos hicieron que solicitara pronto el relevo al Gobernador. Los frutos de muchas de las gestiones de estos dos años fueron recogidos años después. Algunos de las mejoras que alcanzó Yecla durante su alcaldía y que he podido contrastar fueron: – Obras para la renovación en las conducciones del agua potable; – Gestiones para la adquisición de las réplicas del Greco del pintor Albert Roses (su intención era que estuvieran en la Iglesia Vieja para potenciar este monumento referencia en Yecla y servir como reclamo turístico); – Impulsó ante el Ministerio de Información y Turismo la inclusión de las Fiestas de la Virgen como de interés turístico; adquisición del primer coche patrulla de la Policía Municipal (Seat 124); construcción de los grupos escolares de Herratillas y Méndez Núñez; gestiones continuas con el Ministerio de la Vivienda, la Dirección General de Arquitectura y el Obispado (para la desacralización del templo) para restaurar la Iglesia Vieja; pavimentación de calles de la parte alta del pueblo; adquisición de los terrenos para la depuradora, y se intentó, sin éxito, hacer un polideportivo en el paraje del Rasillo. Yecla, en plena expansión industrial del mueble contó, cedido por la Diputación, con el primer autotanque para extinción de incendios, lo que sería el embrión del posterior Parque de Bomberos. En el ámbito cultural, el Ayuntamiento patrocinó la edición de 1972 de la Historia de Yecla del insigne historiador Fausto Soriano Torregrosa; el 13 de julio del 72, el Gobierno de la Nación aprobó la creación de la Denominación de Origen para los vinos de Yecla, y así muchas más cosas que sería largo reseñar. Su actividad en pos de conseguir empleos para Yecla hizo que, el entonces Ministro de Trabajo, Don Licinio de la Fuente, le concediera la Medalla al Mérito Sindical.
El Hospital Virgen del Castillo
Era el alcalde sí, pero primero era médico, por lo que consciente de los problemas sanitarios que acarreaba para el pueblo que el hospital más cercano estuviera en Murcia, a más 100 km de distancia, que la ambulancia de Manolo tardaba más de dos horas en recorrer, tomó la firme decisión de que Yecla debía contar con un Hospital Comarcal ("la Residencia"). Para ello, según consta en las actas de los Plenos Municipales, desde el principio de su mandato (junio-71) planteó esta necesidad, hizo que el Ayuntamiento adquiriera por procedimiento de urgencia y cediera al entonces Instituto Nacional de Previsión los terrenos dónde se asentaría el hospital, se movió en Murcia (logró el apoyo del Gobernador y de su buen amigo Angel Fernández Nafría, Jefe Provincial de Sanidad) y en Madrid (con la gran ayuda de los yeclanos Pedro Herrero y Mario Ibañez). Logró con habilidad evitar el intento que se produjo en junio de 1972 de transformar la petición de hospital en un nuevo ambulatorio más grande pero sin posibilidad de camas. Las cosas iban despacio y a pesar de estar aprobada, la crisis de entonces ralentizó el proyecto de construcción del hospital.
Dejó la alcaldía y siguió en la lucha por el hospital. Ya en los primeros años de la democracia acudió, en compañía de la Comisión Local de UCD-Yecla (Martín Santa, Luis Blanquer y Luis Melero), el entonces alcalde Rafael Ortuño, los diputados Joaquín Esteban Mompeán y Ricardo de la Cierva y el director de Radio Juventud, Francisco Ortín Marco, a una recepción del entonces Ministro de Sanidad y Seguridad Social, Enrique Sánchez de León, fruto de la cual se consiguió que “pese a las casi totales restricciones presupuestarias del año, Yecla será una de las cinco Residencias Sanitarias Comarcales cuyas obras se iniciarán en este ejercicio, en el que solamente se instalarán 1.500 camas nuevas en toda España”. El Ministro les felicitó por el elevado espíritu ciudadano demostrado al insistir desde hacía años a esta petición en nombre de la ciudad de Yecla sin intención partidista alguna… No tengo ninguna duda, promover la petición de la “Residencia” y conseguir ver construido el Hospital Virgen del Castillo, fue su gran ilusión y su gran logro pero, poco amigo de protagonismos, siempre quiso permanecer en un segundo plano en todas las referencias y celebraciones relacionadas con el hospital.
Médico
Como profesional, destacó en sus facetas de médico general, tocoginécologo, traumatólogo y radiólogo. Disponía del único aparato de Rayos X (no solo de radioscopia) de Yecla y revelaba él mismo sus radiografías, con lo que evitó cientos de desplazamientos a los vecinos a Murcia. Recuerdo el delantal de plomo, los pesados guantes del mismo material, el olor a revelado, el cuarto oscuro, las radiografías colgadas por pinzas por la clínica, el negatoscopio… Su vertiente quirúrgica era extraordinaria, un auténtico manitas con la aguja, la seda y las pinzas, habilidad que había adquirido en los cientos de episiotomías en los partos que cosió en Barcelona. Viví en mi casa de la calle San José el despegue industrial de Yecla de la década de los años 60, pero a mi manera ¡…El efecto demoledor de las famosas "tupis" en las manos de unos, todavía inexpertos trabajadores y con escasas medidas de seguridad, se traducía en un continuo desfile de yeclanos con cortes e incisiones muy graves en manos y dedos que pasaban por su clínica a cualquier hora del día. ¡Cuántos dedos, cuántas falanges salvaría de ser amputadas! ¡Incontables¡ ¡Cuántas heridas suturaría¡ ¡Cuántos desplazamientos a Murcia evitaría! Las fracturas, las trataba a la perfección, con su radiografía previa, con su reducción ósea y con su escayola. Las anécdotas que podría relatar son incontables, pero muchos al leer estas líneas recordarán con nostalgia esta época.
Su excelente formación en tocología hizo que durante 30 años fuera el Director del Centro Maternal de Yecla, de nuestra querida Maternidad, dónde hemos nacido muchos yeclanos que nos encontramos ahora por encima de los 40 años. ¡Cuántos yeclanos hemos venido al mundo en la maternidad… o en las cuevas del saliente o del poniente, en frías noches de invierno y en situaciones heroicas, gracias a la pericia y a los conocimientos de mi padre! Yo, que trabajo en un hospital de los llamados de alta tecnología, me maravillo cada día más de las cosas que le vi hacer con escasos medios de los que se disponían ¡Qué mérito! Como colofón a su brillante trayectoria, en el año 2009 fue nombrado académico de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Murcia, no pudiendo llegar a leer su discurso de ingreso por el avanzado estado de su enfermedad.
Sirvan estas líneas para recordarle, para homenajear su figura y para que muchos yeclanos jóvenes que no le han conocido sepan quien fue José Miguel Rodríguez Tomás, “Don José, el Médico”, y algunas de las cosas que hizo a favor de sus paisanos de Yecla.
– (José Miguel Rodríguez González – Moro es médico y pronunció en Yecla la ponencia institucional del Día de la Constitución de 2010) – Fotografías cedidas por la familia